La Colonia Volendam conmemora 75 años de la salida de Alemania en busca de una nueva patria.

Foto: Cooperativa Volendam

El 1 de Febrero de 1947 partió desde el puerto de Bremen el parco Volendam, con 2333 personas a bordo en busca de una nueva patria en Sudamérica. Durante los siguientes 18 meses salieron otros tres transportes, de modo que fueron un total de 5.650 personas las que salieron de Alemania en busca de una nueva patria en Sudamérica. La mayor parte del grupo vino a Paraguay y se asentó en el Chaco o en la Región Oriental. Para la Colonia Volendam se habían anotado 1.913 personas (440 familias). Uno de los mayores problemas fue la ausencia de los padres de familia y de los hijos mayores de edad, pues muchos de ellos habían quedado en la guerra. La colonia Volendam está ubicada en el distrito de Villa del Rosario departamento de San Pedro.

En 110 de las 440 familias no se contaba con la presencia de un hombre. Además de esto, muchos ancianos y enfermos debían ser asistidos. El 16 de Agosto del mismo año luego de su llegada al Paraguay, los nuevos pobladores decidieron bautizar a la Colonia y Cooperativa con el nombre Volendam, en agradecimiento al buen trato de parte de la tripulación en el que habían venido. Este grupo escapó del comunismo en Rusia, durante la Segunda Guerra Mundial. Paraguay fue el único país que admitió a este grupo de refugiados, con todas sus costumbres. Estos refugiados habían sido organizados por el Comité Central Mennonita (MCC) desde los Estados Unidos.

Los primeros inmigrantes llegaron en julio del año 1947. Su primer trabajo fue organizarse para realizar la repartición de las tierras. Se formó una comisión directiva y se hizo la división en pequeñas aldeas, los grupos por aldeas ya se habían formado durante el largo viaje. Después de la asignación del lugar para cada aldea, cada grupo empezó con su propio programa. Las aldeas estaban situadas al borde del bosque. Cada grupo erigió una casa comunitaria a la entrada de la aldea, y desde allí se fue adentrando sistemáticamente al bosque, abriendo primeramente un camino central y preparando un sitio para cada asociado.

La casa comunitaria sirvió inicialmente de hogar, para posteriormente servir como local de la escuela y la iglesia. El desmonte fue una labor muy pesada para los nuevos inmigrantes, principalmente las viudas sufrieron mucho a pesar de que los vecinos hacían lo posible para ayudarles. Paralelamente al trabajo particular se cumplía con las labores comunitarias (construcción de escuelas, del local de la cooperativa, del hospital y habilitación de caminos).