Un compromiso duradero es la base de la paz.

La idea de que la paz va más allá de la simple ausencia de conflicto bélico queda reflejada en la afirmación «la paz no es ausencia de guerra». Es una perspectiva que enfatiza la necesidad de construir sociedades justas, igualitarias y con desarrollo sostenible, pues solo de esta forma se podrá conseguir un mundo mejor para las generaciones futuras.

Hace noventa años se firmó el Protocolo de Paz del Chaco entre Paraguay y Bolivia, que puso fin al conflicto bélico. Este conflicto comenzó en junio de 1932 y, tras tres años de hostilidades, agotamiento de recursos y numerosas bajas en ambos bandos, las partes enfrentadas decidieron buscar una solución pacífica. El 12 de junio de 1935, y bajo la mediación de la Liga de las Naciones y otros países latinoamericanos, se firmó el Protocolo de Paz en Buenos Aires (Argentina). Este acuerdo, que tuvo un impacto significativo en el contexto político y social de la época, estipuló el cese inmediato de las hostilidades y estableció un armisticio formal, lo cual fue recibido con gran alivio por las partes involucradas.

Es importante reflexionar sobre el significado profundo de la concordia con motivo de la conmemoración de la firma del tratado de paz entre Paraguay y Bolivia. La paz es más que la ausencia de guerra o conflicto armado; es un estado de armonía, justicia y respeto mutuo que se manifiesta en todos los aspectos de la vida.

La paz va más allá de la ausencia de conflictos

Un compromiso duradero es la base de la paz, el diálogo mutuo, una búsqueda paciente de la verdad y la voluntad de anteponer el bien genuino. La paz interior se refiere a la tranquilidad y la serenidad que se experimenta en el corazón y la mente. Por otra parte, cuando nos referimos a la paz social mencionamos a la armonía y la justicia en las relaciones humanas. Esto implica respeto mutuo, tolerancia y comprensión entre las personas y las comunidades involucradas.

Existen varios desafíos para construir la convivencia pacífica.

No hay camino hacia la paz, la paz es el camino», afirmó Mahatma Gandhi. Sin embargo, los cristianos creemos que la paz proviene de Cristo, que es el fruto del Espíritu Santo y es lo que Dios desea para cada uno de nosotros.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.» Romanos 5:1

Este versículo establece que, a través de la fe en Jesucristo, somos justificados ante Dios y experimentamos una paz espiritual con él, resalta que la justificación y la paz con Dios se consiguen a través de Jesucristo, quien nos redimió de nuestros pecados y nos dio acceso a la gracia.