Reflexiones sobre el Salmo 73:28
“En cuanto a mí, me acerco a él lo más que puedo.
He elegido al Dios soberano como mi refugio,
y a todos contaré las maravillas que él hace.”
Este versículo es la última parte del Salmo 73. Este salmo era una canción de Asaf. Asaf era Levita, siervo en el templo de Israel. Y entre los levitas era uno de los músicos que tenían a su cargo la alabanza. En el templo alrededor del Arca de la Alianza siempre hubo música y alabanza. El Arca de la Alianza era la caja donde se guardaban los 10 mandamientos escritos en tablas. Todos en este equipo de música tocaban instrumentos, Asaf era el que hacía música con címbalos. Los címbalos son discos de hierro que se golpean entre sí al ritmo de la música.
Asaf como uno de los principales músicos del pueblo de Israel, no sólo hacía música, sino que también escribió y compuso muchas canciones. Algunas de ellas se encuentran en los Salmos. Por ejemplo, cuando Asaf escribió la canción Salmo 73, tenía 28 versos o estrofas. En los primeros versos, Asaf canta sobre cómo Dios lo ayudó en un tiempo difícil. Dice: «Casi dudé de Dios, me encontraba tan mal. Sí, casi perdí la fe en Dios». ¿Por qué? Asaf dice: «¡Tenía envidia de la gente arrogante! La gente que hace cosas malas y aun así les va bien, aunque no conozcan a Dios y no quieran saber nada de él.
Asaf creía haber descubierto que los no cristianos estaban mejor que él. ¿Qué vio Asaf que le causó envidia? Vio que estas personas eran orgullosas, despreciaban a otras personas y hablaban mal de otros, oprimían a otras personas ….. y se hacían muy ricos. No se preocupaban por el futuro porque eran ricos y tenían poder. Asaf vio que muchos de los israelitas les tomaron como ejemplo a los malvados y pensaban que vivir así sería una buena Idea. Esto le deprimió y entristeció a Asaf. Se preguntó: ¿Por qué los malvados están mejor que yo?
Y Dios, ¿qué hizo? Le da una respuesta a su músico. Cuenta Asaf en los versos de este Salmo que cuando se fue a su lugar de trabajo, a la casa de Dios, al templo, allí Dios le mostro, y se dio cuenta de algo muy importante:
Dios le hizo ver a Asaf que lo que importa es cómo acaba la vida de la gente sin Cristo. La vida de los malvados no acabará con Dios, sino que esta canción dice que Dios los pondrá en terreno resbaladizo, resbalarán y caerán, tendrán miedo y acabarán mal.
Y entonces Asaf cambia su actitud. Dice…
21 …entonces me di cuenta de lo amargado y lastimado que estaba por todo lo que había visto.
22 Vi lo necio e ignorante que era;
26 La salud me puede fallar, mi espíritu puede debilitarse, ¡pero Dios permanece! ¡Él es la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre!
Asaf decidió fijarse en Dios y confiarle de nuevo y de todo corazón. Y termina su canto con la parte: 28 En cuanto a mí, me acerco a él lo más que puedo. He elegido al Dios soberano como mi refugio, y a todos contaré las maravillas que él hace.
Asaf tenía constantemente la oportunidad de contar lo que Dios hace. El era el ministro de alabanza en el culto. Escribió canciones que aún hoy podemos leerlos en la Biblia.
¿Por qué he elegido este Salmo? Para empezar, contiene mi versículo favorito. Este último versículo ha sido mi versículo favorito desde que me dejé bautizar en el 1990 a una calle de aquí en la iglesia Hermanos Menonitas. Hace más de 30 años. Allí el pastor me dio este versículo y estaba escrito en mi carnet de bautismo. Desde entonces una y otra vez me ha ayudado a refrescar mi espíritu y enfocarme en lo importante: estar cerca de Dios y refugiarme en él.
Me parecen tan geniales las historias detrás de las músicas. Ver cómo Dios obra en gente que le alaba de esta manera. Como Dios hace que nazca una música en un hombre quien es reconfortado en su fe. En la biblia vemos, que Asaf habrá trasladado este don a sus hijos y descendientes. Porque después la biblia nos habla en Nehemías, cuando gran parte de los israelíes son repatriados desde Babilonia hacia su tierra, estaban entre ellos los cantores que eran 148 del Clan de Asaf. (Nehemías 7:44)
Recordemos lo que Asaf recordó:
Dios es la fuerza de mi corazón;
me acerco a él lo más que puedo para refugiarme en él.
Y contaré las maravillas que él hace.
Cantemos juntos esta música vieja y conocida:
“El gozo del Señor mi fortaleza es.”
- Si tienes ese gozo puedes tú cantar
Si tienes ese gozo puedes tú alabar
Si tienes ese gozo puedes tú alabar
Y su gozo sin medida Él te da. - El gozo del Señor mi fortaleza es
El gozo del Señor mi fortaleza es
El gozo del Señor mi fortaleza es
Y su gozo sin medida Él me da.